23 febrero 2010

Diez claves para mejorar tu oratoria

- Debemos llegar con antelación para conocer el lugar y sus accesos.
- Dedicar 10 minutos a relajarnos y elongar el cuerpo.
- Chequear los complementos y equipos (audio, powerpoint, objetos, etc).
- Ejercitar la garganta y respiración a través de un texto cualquiera.
- Procurar tener un vaso de agua cerca.
2 – El comienzo
Inicia tu discurso con alguna imagen sugerente, anécdota, refrán o aforismo, cualquiera sea el tema del cual te toque exponer. Eso permitirá que tu auditorio pueda distenderse y predisponerse de forma positiva frente a tu presencia y eventualmente sentirse impactado por un “inicio poco habitual”. Rompe lo predecible.
3 - El vocabulario
El poseer un vocabulario rico y amplio es una gran ventaja para comunicar. Los matices, la sinonimia, los énfasis, sólo pueden construirse en la medida de contar con un vocabulario vasto y apropiado.
4 – El uso del espacio
Desplázate con soltura y libertad, pero hazlo con intencionalidad significativa. Cada desplazamiento que ejecutas tiene un efecto directo (e inconsciente) sobre tu audiencia. Evita situarte tras escritorios, sillas o cualquier otro mueble que impida la visión total de tu cuerpo. Cuando te desplaces hazlo evitando dejar fuera del arco de influencia (180°) a alguno de los asistentes. Los movimientos sin sentido y monótonos denotan nerviosismo y angustia, además de desconcentrar al auditorio.
5 – El uso de la voz
Haz un uso adecuado de la voz. Cualquiera sea tu fortaleza en este aspecto, sácale el partido que merece. Un volumen elevado de la voz, genera respeto por su “imposición” en el ambiente. Una buena dicción permite ser comprendido íntegramente. Una inflexión consciente y compenetrada con tu relato permite generar matices y crear imágenes en la mente de los asistentes.
6 – Los gestos conscientes
Es frecuente que un orador no repare conscientemente en los efectos y significación que muchos de sus gestos connotan en el auditorio. Como también es frecuente que el auditorio (conscientemente) tampoco lo haga. Pero lo que sí es un hecho es que una vez finalizada la exposición, cada asistente evaluará la calidad de la presentación, así como la valoración del orador conforme hayan sido los gestos regularmente utilizados. Toma consciencia que debes saber cómo dirigirte con tus mandos, saber dónde situarlas y dónde no.
7 – El contacto visual
El contacto visual regular y sistemático con todos y cada uno de los miembros del auditorio es una de las reglas fundamentales que todo orador debe procurar cumplir al momento de comunicar. Permite no perder foco en el orador y en lo que comunica. El contacto visual involucra, compromete y responsabiliza el acto comunicativo en general.
8 – El uso de Powerpoint
Una presentación Powerpoint debe ser siempre un complemento y/0 apoyo de la presentación, pero jamás la presentación en sí misma. Frases ancla desplegadas secuencialmente que sirvan de impulso al discurso. No pretender decir lo que se quiere decir a través de una diapositiva.
9 – El auditorio
El conocimiento de las características del público al que te dirigirás es fundamental. Hacer presente detalles y aspectos que te conecten con los asistentes: lugar, historia, experiencias, anécdotas, costumbres, entre otras. Todos lo anterior facilita el habla más propicia a utilizar, el metalenguaje, expresiones nacidas en ese reducto y con significación exclusiva, vocablos técnicos y coloquiales. Cerciórate de recabar la información necesaria para “ser parte de”.
10 – Tu impronta
Se tú mismo. Parece simple, y lo es. Reconocer quién eres y saber cómo actúas es desde todo punto de vista la clave de todo orador. La gran mayoría de los expositores asumen un rol que no les es propio. Eso afecta tu credibilidad y reconocimiento. Los moldes y esquemas son el peor camino para persuadir y convencer. Sácale partido de quien eres.


Publicado por Martín Domínguez para Piensamarketing

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